lunes, 28 de abril de 2014

Mal podium

Megapuertos con macroagujeros
Punta Langosteira, en A Coruña, y El Musel, en Gijón, suman más de 500 millones de sobrecostes y se han convertido en la imagen del dispendio económico sin control en materia portuaria en el noroeste español

En el pozo sin fondo en el que se convirtieron las obras del puerto de A Coruña (Punta Langosteira) y la ampliación del de Gijón (El Musel) han caído ya en torno a 1.500 millones de euros. Las dudas que recaen sobre su operatividad contrasta con los sobrecostes que han acumulado ambas infraestructuras. La asturiana, finalizada en 2010 y amenazada ahora por una investigación de la Unión Europea que podría obligarle a devolver todos los fondos de cohesión recibidos, acabó costando en torno a 210 millones más de los 500 previstos. El coruñés navega por un camino todavía más incierto. Se proyectó en 429 millones, hay ya más de 750 presupuestados y se estima que el la inversión total pueda rondar los 1.000.

Ambas obras se han convertido en la imagen del dispendio económico sin control en materia portuaria en el noroeste español. Ni siquiera la existencia y seguridad demostrada en el puerto natural de Vigo, ni tampoco el que hubiera otra dársena construida ya en 2007 en Ferrol (a solo 20 kilómetros de A Coruña) sirvió para cerrar el grifo en Punta Langosteira. El tiempo demostró además lo que muchos expertos venían advirtiendo desde los inicios de la obra: la bravura del mar en esa ubicación ponía en cuestión su operatividad.

Punta Langosteira (cuya construcción comenzó en 2005 y no está previsto que finalice antes de 2018) se estrenó de forma accidentada cuando la naviera holandesa Dockwise tuvo problemas en la carga del portaaviones Camberra sobre el buque Blue Marlin en 2012. Los cientos de millones que ya había enterrados en la infraestructura no fueron suficientes para garantizar la seguridad de esta maniobra. De hecho, la misma compañía y Navantia descartaron Langosteira el año pasado y apostó por Vigo para realizar una maniobra similar de carga, esta vez del portaaviones australiano Adelaide.

La ampliación del puerto de Gijón, principal competidor de Vigo en la futura Autopista del Mar, estuvo -y está- muy cuestionada por los sobrecostes que fue acumulando y que acabaron desencadenando una investigación de la oficina contra el fraude de la UE (OLAF). La obra casi duplicó las instalaciones de El Musel, pero actualmente la gran dársena añadida está enormemente vacía.

De hecho, el puerto de Gijón se situó en 2102 como uno de los puertos con más deuda de España (485 millones). El informe europeo sobre presuntos fraudes en la obra y que la ministra de Fomento, Ana Pastor, llegó a calificar de "grave y muy serio", podría complicar todavía más su situación: el documento recomienda a Bruselas que recupere los 198 millones de fondos de cohesión invertidos. 

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