lunes, 16 de julio de 2012

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Benito Muros: «Sin obsolescencia programada un frigorífico podría durar 80 años»
Garantiza que con un uso normal su bombilla puede durar más de cien años, pero la industria no ve con buenos ojos sus invenciones

La débil luz que arroja sin descanso desde 1901 la vetusta bombilla que cuelga del techo de la estación de bomberos de Livermore sigue atrayendo riadas de turistas a esta pequeña localidad californiana. Hace trece años, Benito Muros (Córdoba, 1961) fue uno de los que se sintió cegado por este símbolo de la resistencia eléctrica y empezó a investigar sobre lo que se conoce como 'obsolescencia programada', o la planificación por parte del fabricante de la vida útil de cualquier aparato. Se rodeó entonces de un nutrido grupo de ingenieros en una aventura que hace un año concluyó con el alumbramiento de la bombilla eterna, que puede llegar a funcionar sin problemas más de un siglo.

Cuando presentó su línea de iluminación a un concurso de la Generalitat de Cataluña todo dio un giro digno de vertebrar el argumento de un 'thriller': amenazas contra su vida y la de su familia, chantajes, campañas de desprestigio e, incluso, una invitación para ir a París a recoger un maletín atiborrado de euros a cambio de retirar su tecnología. Lejos de amilanarse, Muros lo puso en manos de la Policía y sigue adelante con sus trabajos en este campo.

- La próxima bombilla que se cambie en su casa será cosa de sus nietos o de los hijos de estos.

- Hemos conseguido que tengan una vida indeterminada. Con un uso normal puede durar más de 100 años. La garantía es de un cuarto de siglo funcionando 24 horas al día. Fue por poner un número pero podía haber sido mayor.

- La nevera solo tiene seis años y ya hace un ruido más que sospechoso. ¿Qué le ocurre?

- Todos los electrodomésticos nacen con fecha de caducidad. Entre cuatro y ocho años de vida. No mucho más. Sin embargo, un frigorífico de los antiguos aguantaba tres décadas. Con la tecnología actual, sin obsolescencia programada, debería vivir hasta 70 u 80 años.

- ¿ Dónde está el origen del problema?

- En la revolución industrial. Antes se fabricaba para vender en el barrio o en tu misma ciudad. Había contacto personal con el comprador y por tanto la calidad era algo obligado. Después llegaron los bancos y los créditos al consumo. Para devolverlos, o se subía el precio o se conseguía una mayor rotación a costa de la duración del producto.

- Ordenadores, cámaras digitales... ¿Hasta qué punto se predetermina la vida de los aparatos que forman la electrónica de consumo?

- Es el sector donde más se practica. Todo funciona con chips. Los semiconductores suelen estar hechos de selenio, germanio o silicio, cada uno con un punto de fusión más o menos bajo. En muchas ocasiones, basta con colocarlos al lado de una fuente de calor, como la batería, para acortar la vida de los mismos y forzar otra compra. - Eso siempre que no esté en garantía.

- Las autoridades, en el caso europeo, obligan a una garantía de solo dos años. Con ello propicia que se fabrique para que duren alrededor de ese tiempo. Por eso se puede decir que la obsolescencia programada está garantizada por ley. - Con ciertos dispositivos hay que tener suerte y cuidarlos mucho para que alcancen dos años.

- Es el caso de los móviles. Ahí juegan mucho con los materiales, pero también con la durabilidad de las baterías. Cuando llegas a la tienda oyes eso de 'te sale más caro arreglarlo que comprar uno nuevo. Y con los puntos que tienes...'. Desastre ecológico

- Hay quien acude a la tienda porque el teléfono se la ha quedado viejo en diez meses.

- Eso es lo que viene a ser la llamada obsolescencia por moda, acortar muchos los plazos y poner un teléfono a la venta con nuevas prestaciones rápidamente. Es una técnica más, al igual que la planificación. Solo hay que ver que el primer iPhone en Estados Unidos solo tenía garantía por doce meses.

- ¿Y nadie se ha quejado hasta este momento?

- En el caso del iPod hubo muchas denuncias en las que Apple optó por pactar con los demandantes. Realmente, a estas compañías les sale más rentable indemnizar que dejar de fabricar de esta manera.

- ¿Este ritmo frenético no empuja a estas empresas a invertir en desarrollos más rápidos?

- Muchos de estos desarrollos ya están preparados cuando han sacado el modelo anterior y es una manera de lavarle la cara al producto en apenas pocos meses. Es una estrategia a costa de generar montones y montones de basura tecnológica.

- ¿Esos 'vertederos 2.0' fueron los que le movieron a fundar un movimiento contra esta forma de fabricación?

- Desde el movimiento SOP intentamos concienciar de que existen estas prácticas. Es un modelo de producción que nos esta llevando al desastre económico, no solo al ecológico. Es otro aspecto adicional de esta crisis que estamos viviendo.

LA BOMBILLA ETERNA

La clave de su duración, tal como explica Benito Muros, es que han «eliminado elementos dopantes» (como el carbono) que provocan microrroturas en los conductores. Además, al conseguir que nunca supere un determinado número de grados logran que no empiece el proceso de deterioro de la bombilla.

Los distribuidores tradicionales «han preferido seguir con las que se funden». La línea de iluminación ideada por Muros -que incluye farolas para la calle- se vende por Internet y canales alternativos. Están cerca de comercializar un sistema para instalar en los cuadros eléctricos de un edificio para ahorrar en el consumo eléctrico y trabajan en la creación de una nevera que viva durante décadas.

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