Crean bacterias que producen combustible renovable
Investigadores británicos han desarrollado un proceso que permite conseguir gas propano, que ya usan toda clase de vehículos e infraestructuras, mediante un cambio en el proceso de reproducción de un microorganismo
Un proyecto de investigación británico ha conseguido desarrollar un proceso que convierte a una colonia de bacterias en excretoras de propano. Este gas, que normalmente se extrae del refinado del petróleo y el gas natural, ya es un combustible con toda clase de aplicaciones: desde hornillos de camping a automóviles.
Los científicos responsables del trabajo, del Imperial College de Londres, han encontrado la manera de alterar la forma en la que se reproduce la bacteria E. Coli. Y que, en vez de formar membranas celulares, los ácidos grasos que iban a formarlas acaben transformados en propano. «Aunque es una investigación en una etapa muy temprana, nuestro prototipo ofrece un método para la producción renovable de un combustible que hasta ahora solo se podía obtener de las reservas de hidrocarburos», asegura Patrik Jones, líder de la investigación.
«Aunque de momento hemos producido muy poca cantidad de combustible, éste está listo desde el primer momento para utilizarse en un motor», explica el investigador. «Esto abre la puerta a una futura producción sostenible de combustible renovable que al principio podría complementar y después reemplazar los combustibles fósiles como el diesel, la gasolina, el gas natural o el combustible aeronáutico».
Energía solar
De momento, según explican los científicos responsables del trabajo, su sistema produce mil veces menos combustible del que sería necesario para conseguir un procedimiento viable. «De momento ni siquiera comprendemos exactamente cómo se forman las moléculas de combustible», aclara Jones. «Así que vamos intentar descubrir cómo se desarrolla el proceso en detalle. Espero que en los próximos cinco o diez años podamos conseguir algo comercialmente viable y que nos ayude a lidiar con nuestras demandas de energía».
Además de indagar en el proceso que han descubierto, los investigadores quieren crear un organismo sintético fotosintético –que aprovecha la luz del sol como fuente de energía– capaz de hacer el ciclo completo de forma autosuficiente. De esta forma, la propia energía solar permitiría crear combustible de forma eficiente. Y aunque no ayudaría a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, tampoco debería aumentarlas.
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