“La energía eólica es el 'fracking' de España”
La patronal AEE ‘ofrece’
7.000 millones en inversiones hasta 2020 a cambio de corregir la reforma
eléctrica para recuperar la confianza y evitar la incertidumbre.
Un año después de que el Gobierno
aprobara el hachazo a la retribución de las energías renovables, las
posturas siguen igual de enfrentadas. Amén de las decenas de
recursos presentados ante la justicia española e internacional, las
compañías siguen pidiendo reformar la reforma (al menos introducir
algunas correcciones que les haga la vida más fácil) y encaran el futuro
mirando de reojo al Ejecutivo (a éste y al que saldrá de las próximas
elecciones generales).
Ayer estaba prevista la asistencia del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, en la inauguración del I Congreso Eólico Español. Visita con morbo. El principal
responsable del recorte de las ayudas a las renovables, el culpable de
que un tercio de los parques eólicos se haya quedado sin retribución
pública alguna, frente a frente con decenas de empresarios del
sector. Al final el respetable se quedó con las ganas, y los periodistas
nos tuviemos que guardar el morbo en el bolsillo.
Y es que a última hora, Nadal se cayó del cartel, y en su lugar
acudió la directora general de Política Energética, Teresa Baquedano. La
representante del Ministerio tiró de argumentario y defendió la
necesidad de la reforma eléctrica, lamentó como obligatorias las “dolorosas medidas” que incluía y reivindicó las bondades de sus resultados.
Pero al sector eólico no le consuela el sentido de la responsabilidad
que esgrime el Gobierno y solo le duelen las dolorosas medidas.
2014, el año más difícil
La Asociación Empresarial Eólica (AEE), la patronal del sector y organizadora del congreso de ayer en Madrid, volvió
a reclamar que se reforme esa reforma eléctrica y que se corrijan los
elementos que siguen provocando incertidumbres de cara a realizar
inversiones. “2014 ha sido el año más difícil de nuestra corta
historia”, subrayó el presidente de la AEE, José López-Tafall. Se quejó
de los 300 parques que se han quedado sin retribución, del recorte del
30% de las ayudas y criticó la “incertidumbre innecesaria” que genera a
los inversores que cada seis años el Gobierno pretenda revisar la
“rentabilidad razonable” a la que se ajustan las subvenciones.
“No puede ser que el Ministerio venga y me diga cuál es mi rentabilidad razonable. Eso lo decido yo.
Cada seis años van a venir a decirme si gano poco o si me forro. Pero
si gano poco a nadie le va a importar”, subrayó Joao Paulo Costeira,
consejero delegado de EDP Renováveis. “La reforma no fue justa ni
equitativa. Las renovables fueron las peor paradas y la eólica la que
más. Acabar con el déficit de tarifa y convertirlo en superávit a cargo
de los resultados de las empresas y del patrimonio de los inversores no
es una reforma. Eso es otra cosa”, denunció Rafael Mateo, consejero
delegado de Acciona Energía. “La reforma no está bien hecha. Y lo que no está bien hecho hay que hacerlo otra vez bien”, dijo.
De que se corrijan algunos de estos extremos de la reforma eléctrica y
de que haya un pacto de Estado que otorgue estabilidad a largo plazo al
modelo energético dependerá, según la AEE, el interés de los inversores
por volver a España. En este sentido, la patronal eólica ofreció
7.000 millones en inversiones en cinco años para cumplir con la
planificación energética del Ministerio de Industria y cumplir los
objetivos medioambientales y energéticos de la Unión Europea de cara a
2020 (singularmente, cubrir el 20% de la demanda con energías renovables en esa fecha).
Los objetivos de planificación energética del Gobierno prevén la
instalación de entre 5.000 y 6.000 megavatios, para lo que se deberán
invertir 7.000 millones de euros hasta 2020, según la AEE. “Pero para conseguir esos 7.000 millones en inversiones hace falta financiación. Y para obtener financiación hace falta confianza”,
dijo López-Tafall. “Ahora hay que restablecer la confianza”. Y, a su
juicio, sólo se conseguirá reformando la reforma eléctrica.
Para no perder otro tren...
“España ha perdido muchos trenes de futuro. Esto no sucede, o no
sucedía, con las renovables y la economía verde. ¿Lo vamos a hacer otra
vez? Empezar bien para luego dejar que otros se aprovechen. Nos cuesta
acabar las cosas”, se quejó el presidente de la AEE. Y es que España,
una de las potenciales mundiales en generación eólica y en exportación
de tecnología vinculada a este tipo de energía, ahora se enfrenta a una
paralización casi total de la instalación de nueva producción y a que la
industria dedica toda su producción a la exportación, lo que, según
alerta la AEE, amenaza con provocar una deslocalización del empleo.
Durante su intervención en el congreso, López-Tafall reivindicó el papel crucial de la eólica, la más madura de las energías renovables, para reducir la dependencia energética de España.
Hasta el punto que la asociación eólica no dudó en mirarse en el boom
energético que vive actualmente en Estados Unidos al explotar sus
reservas de hidrocarburos no convencionales, singularmente a través de
la polémica fracturación hidráulica (fracking)
“Como buenos españoles nos gusta más lo de fuera que lo de dentro. La energía eólica es nuestro fracking. No hay que buscar fuera lo que ya tenemos aquí, con producto nacional”,
indicó López-Tafall, que buscaba ensalzar la capacidad de la eólica
para paliar la dependencia energética española de las energías fósiles
importadas, pero sin medir la mala imagen que el propio fracking
tiene en amplios sectores de la ciudadanía española. “Invertir en la
eólica es invertir en tener casa propia y dejar de vivir de alquiler. Lo
que es muy importante sobre todo si se tiene unos caseros [los países
productores de petróleo] de los que no siempre te puedes fiar”, explicó.
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