Garoña y el «fracking», los principales puntos negros de Castilla y León
La organización ecologista Greenpeace, que presentó el informe denominado «Radiografía social del medio ambiente en España», ha identificado 22 puntos negros en Castilla y León, siendo la quinta comunidad en mejor situación del país. Entre otros aspectos analizados se detecta el vínculo entre las infraestructuras inútiles y los escándalos por corrupción y el despilfarro de dinero público, revelando el estudio que el medio ambiente ha sido la víctima olvidada de la crisis con importantes repercusiones sociales.
Según este índice las comunidades con más puntuación son La Rioja, Navarra y la Comunidad de Madrid, seguidas de Extremadura, Castilla y León, Galicia, Andalucía, Cataluña, Baleares, Murcia, Canarias, Castilla-La Mancha, Asturias y Euskadi. La lista la cierran la Comunidad Valenciana, Cantabria y Aragón, que obtienen la peor valoración. Los puntos negros, según señala Greenpeace, obedecen también a una política energética dictada por las eléctricas y las enfermedades y pobreza energética, o entre la gestión forestal y las privatizaciones y la pérdida de derechos laborales.
En Castilla y León destaca la amenaza de la central nuclear de Garoña, la más antigua de la Unión Europea con un reactor igual al de Fukushima. Además, Greenpeace señala otros 21 puntos negros en la región, entre ellos «la sombra del fracking» que, dice el informe que recoge Ical, «es alargada» en Castilla y León «con varios permisos para proyectos en el norte de Burgos y de Soria».
Además señala las «obsoletas» centrales térmicas de carbón de Guardo, La Robla, Anllares y Compostilla-León. Asimismo, denuncia que la región cuenta con «el mayor acuífero de la península contaminado por Arsénico (Los Arenales)» y pone el acento en el polo quñimico de Miranda de Ebro (Burgos) al que define como «uno de los diez principales focos contaminantes de España» porque «algunas» de sus empresas «vierten al Ebro».
No se libran de la crítica de Greenpeace la “amenaza” los cultivos transgénicos porque, dice el informe, aunque sólo hubo 17 hectáreas cultivadas en 2014 “existen muchas peticiones para nuevos cultivos”. En cuanto al reciclaje y la gestión de residuos, “se necesitan muchos avances” porque la Comunidad está “entre las seis con menor tasa”, un 10,21 por ciento según datos de 2013.
En el lado positivo, ha sido relevante la movilización anti-fracking de la sociedad castellana y leonesa, sobre todo en la provincia de Burgos en una Comunidad que es líder en energías renovables.
En este informe Greenpeace, por primera vez, realiza una radiografía que refleja las duras consecuencias sociales que tienen las agresiones al medio ambiente en todas las comunidades autónomas. De igual modo, se ponen en valor los impactos positivos que conllevan las políticas medioambientales positivas.
Según este índice las comunidades con más puntuación son La Rioja, Navarra y la Comunidad de Madrid, seguidas de Extremadura, Castilla y León, Galicia, Andalucía, Cataluña, Baleares, Murcia, Canarias, Castilla-La Mancha, Asturias y Euskadi. La lista la cierran la Comunidad Valenciana, Cantabria y Aragón, que obtienen la peor valoración. Los puntos negros, según señala Greenpeace, obedecen también a una política energética dictada por las eléctricas y las enfermedades y pobreza energética, o entre la gestión forestal y las privatizaciones y la pérdida de derechos laborales.
En Castilla y León destaca la amenaza de la central nuclear de Garoña, la más antigua de la Unión Europea con un reactor igual al de Fukushima. Además, Greenpeace señala otros 21 puntos negros en la región, entre ellos «la sombra del fracking» que, dice el informe que recoge Ical, «es alargada» en Castilla y León «con varios permisos para proyectos en el norte de Burgos y de Soria».
Además señala las «obsoletas» centrales térmicas de carbón de Guardo, La Robla, Anllares y Compostilla-León. Asimismo, denuncia que la región cuenta con «el mayor acuífero de la península contaminado por Arsénico (Los Arenales)» y pone el acento en el polo quñimico de Miranda de Ebro (Burgos) al que define como «uno de los diez principales focos contaminantes de España» porque «algunas» de sus empresas «vierten al Ebro».
No se libran de la crítica de Greenpeace la “amenaza” los cultivos transgénicos porque, dice el informe, aunque sólo hubo 17 hectáreas cultivadas en 2014 “existen muchas peticiones para nuevos cultivos”. En cuanto al reciclaje y la gestión de residuos, “se necesitan muchos avances” porque la Comunidad está “entre las seis con menor tasa”, un 10,21 por ciento según datos de 2013.
En el lado positivo, ha sido relevante la movilización anti-fracking de la sociedad castellana y leonesa, sobre todo en la provincia de Burgos en una Comunidad que es líder en energías renovables.
En este informe Greenpeace, por primera vez, realiza una radiografía que refleja las duras consecuencias sociales que tienen las agresiones al medio ambiente en todas las comunidades autónomas. De igual modo, se ponen en valor los impactos positivos que conllevan las políticas medioambientales positivas.
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