El gasero de Navantia lleva año y medio en discusión sin cerrarse
Fue a finales del 2013 cuando, después de la tormenta desatada por la pérdida de los cuatro gaseros que negociaba Navantia para Gas Natural, la compañía energética anunció la apertura de negociaciones con los astilleros públicos para la fabricación de un quinto navío. Año y medio después, las conversaciones siguen sin dar sus frutos.
Navantia constituyó, junto con su único accionista, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el armador del buque, la noruega Knutsen, y Gas Natural, una mesa para abordar los aspectos técnicos y económimicos del posible contrato. Aunque la prudencia sobre los avances de esta comisión ha presidido las negociaciones, para contrarrestar la polémica pública originada por la pérdida del contrato anterior, sus integrantes llegaron a situar en el pasado verano la adjudicación definitiva. Ahora, cuando está a punto de cumplirse un año de esa fecha, aún no hay una previsión cerrada de cuando podría despejarse.
Inicialmente, el hecho de que Navantia llevase más de una década alejada del mercado de construcción de este tipo de buques ha obligado a la empresa a realizar un esfuerzo titánico para presentar una oferta tecnológica competitiva, aunque el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, aseguró el pasado año que incorporaría los últimos avances del mercado. Por otro lado, las exigencias económicas también son altas, por cuanto es un segmento dominado por los astilleros asiáticos, que fabrican grandes series de buques gaseros cada año.
Aunque fuentes próximas al PP de Cádiz habían apuntado que en las jornadas previas a las elecciones andaluzas, primero, y a las municipales, después, se produciría el anuncio del encargo, ambas fechas se han superado sin noticias al respecto.
Fuentes del sector han confirmado, no obstante, que Navantia ha vuelto a pedir ofertas a las industrias auxiliares para la configuración de la oferta económica final y que esta misma semana se han reactivado las conversaciones entre las partes, que se encontraban más demoradas.
Sin embargo, las negociaciones que mantiene Navantia con la naviera vasca Ondimar para la construcción de cuatro buques petroleros con opción a otros dos más parece haber dejado en segundo plano el encargo gasista.
El Gobierno había asegurado que el barco para Gas Natural se repartiría entre los astilleros de la ría de Ferrol y la bahía de Cádiz, al igual que los petroleros. Aunque aún no se conoce el reparto por zonas, todo apunta a que en ambos casos el mayor peso lo tendrá la planta de Puerto Real.
Navantia constituyó, junto con su único accionista, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el armador del buque, la noruega Knutsen, y Gas Natural, una mesa para abordar los aspectos técnicos y económimicos del posible contrato. Aunque la prudencia sobre los avances de esta comisión ha presidido las negociaciones, para contrarrestar la polémica pública originada por la pérdida del contrato anterior, sus integrantes llegaron a situar en el pasado verano la adjudicación definitiva. Ahora, cuando está a punto de cumplirse un año de esa fecha, aún no hay una previsión cerrada de cuando podría despejarse.
Inicialmente, el hecho de que Navantia llevase más de una década alejada del mercado de construcción de este tipo de buques ha obligado a la empresa a realizar un esfuerzo titánico para presentar una oferta tecnológica competitiva, aunque el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, aseguró el pasado año que incorporaría los últimos avances del mercado. Por otro lado, las exigencias económicas también son altas, por cuanto es un segmento dominado por los astilleros asiáticos, que fabrican grandes series de buques gaseros cada año.
Aunque fuentes próximas al PP de Cádiz habían apuntado que en las jornadas previas a las elecciones andaluzas, primero, y a las municipales, después, se produciría el anuncio del encargo, ambas fechas se han superado sin noticias al respecto.
Fuentes del sector han confirmado, no obstante, que Navantia ha vuelto a pedir ofertas a las industrias auxiliares para la configuración de la oferta económica final y que esta misma semana se han reactivado las conversaciones entre las partes, que se encontraban más demoradas.
Sin embargo, las negociaciones que mantiene Navantia con la naviera vasca Ondimar para la construcción de cuatro buques petroleros con opción a otros dos más parece haber dejado en segundo plano el encargo gasista.
El Gobierno había asegurado que el barco para Gas Natural se repartiría entre los astilleros de la ría de Ferrol y la bahía de Cádiz, al igual que los petroleros. Aunque aún no se conoce el reparto por zonas, todo apunta a que en ambos casos el mayor peso lo tendrá la planta de Puerto Real.
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