martes, 4 de febrero de 2014

Aniversario de un ya clásico

Un decenio del ´Queen Mary 2´
El emblemático navío de la Cunard tocó La Luz en enero de 2004
Su llegada marcó el comienzo del 'boom' de los cruceros en la capital grancanaria, de nuevo volcada al turista

Las Palmas de Gran Canaria habrá sido visitada a finales de 2014 por medio millón de cruceristas. Esa son las estimaciones que mantiene la Autoridad Portuaria de Las Palmas, en base a los contratos ya concertados con las navieras. La industria en los puertos del Estado en la provincia de Las Palmas ha experimentado un notorio salto en los últimos diez años. En 2013, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, acumularon 830.224 turistas entrados por el muelle. Más del doble de los 393.395 que se registraron en 2004- En ese mismo año se localiza el inicio del boom del crucerista. Y si hubiese que escoger una foto del momento, esa sería la del Queen Mary 2.

El navío de la Cunard atracó en Las Palmas de Gran Canaria, en concreto, el 17 de enero de 2004. En el mar apenas estaba desde menos de un año antes, cuando probó las aguas de Southampton (Reino Unido). Y justo antes de partir hacia Canarias, en ese mes de enero, fue botado con honores en Inglaterra, en un acto en el que estuvo presente la reina Isabel II. Los británicos recuperaban todo un símbolo, que abanderaba el renacer del sector del crucero y que acabaría teniendo su repercusión mucho más al sur.

La naviera había apostado fuerte por la resurrección de uno de los nombres más gloriosos de la historia de la navegación. Emplearon casi 500 millones de euros de los de antes de la crisis en poner la segunda versión del Queen Mary en activo: un espectacular buque de 345 metros de eslora, 41 de manga y capacidad para más de 1.600 pasajeros, repartidos en 1.300 camarotes catalogados en distintas gamas de lujo. Su llegada a Las Palmas de Gran Canaria tuvo un considerable impacto en el horizonte de la ciudad.

Por entonces, se trataba del mayor crucero del mercado. Nadie más trasladaba a tantos turistas juntos. Y la ciudad experimentó un singular déjà vu. Porque casi 40 años antes, otro Queen Mary, el original, tocó igualmente La Luz. El glorioso barco de su majestad , que acumuló varias décadas de servicios transatlánticos entre Southampton y Nueva York (Estados Unidos), que llegó a transportar tropas para la armada británica durante la Segunda Guerra Mundial, escapando a los submarinos alemanes o al propio peso del conflicto histórico. Aquel Queen Mary atracó en la Isla en diciembre de 1963, cuando Santa Catalina era foco de turismo nórdico e inglés, y la capital grancanaria se postulaba como una de las ciudades más cosmopolitas del Atlántico europeo.

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