Dos polizones llegados a Bilbao siguen en el barco, que no ha zarpado
Los dos polizones africanos que llegaron el jueves en un petrolero a Bilbao continúan hoy a bordo, pese a que el buque ha terminado sus operaciones de carga y se encuentra fondeado en la bocana del puerto.
El presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Euskadi, Javier Galparsoro, ha dicho a Efe que, aunque no se lo han comunicado, tiene la impresión de que el armador del barco está esperando a que se encuentre una solución a la situación de los polizones, como una posible repatriación, antes de continuar su travesía.
Los dos polizones, naturales de Guinea Conakry, embarcaron ilegalmente en Dakar (Senegal) junto a un joven también africano que, al ser menor de edad, fue desembarcado tras llegar a Bilbao y ha quedado bajo la tutela de la Diputación Foral de Vizcaya.
Los tres polizones llegaron en el petrolero "Mr. Kentaurus", con bandera de las islas Marshall, que atracó en Bilbao procedente de Dakar para cargar 37.000 toneladas de gasolina con destino a Nueva York.
El buque llegó a Bilbao el pasado jueves por la tarde, pero permaneció fondeado en la bocana del puerto y no se le dio permiso de atraque hasta la madrugada, debido a que los prácticos temían que, dado el origen de los polizones, pudiera haber algún portador del virus del ébola.
Los servicios de Sanidad Exterior comprobaron que no había riesgo sanitario, tras lo cual el barco fue autorizado a atracar en el puerto.
Los dos polizones que permanecen a bordo se encuentran bajo vigilancia, en buen estado de salud y sin que hayan manifestado su propósito de pedir asilo político, según Galparsoro.
El petrolero ha completado entre ayer y hoy sus operaciones de carga, tras lo cual ha abandonado los muelles del puerto bilbaíno, aunque permanece fondeado cerca.
Los responsables del buque "pueden estar esperando una posible repatriación, haciendo gestiones con la embajada, aunque ello exige que Guinea les documente (a los polizones) con un pasaporte o un salvoconducto", ha indicado el presidente de CEAR en Euskadi.
Galparsoro ha precisado que los polizones permanecen en un camarote, bajo vigilancia privada.
Esta vigilancia es obligatoria porque, de acuerdo con la ley de navegación marítima, en caso de evasión o si no se declara la presencia de polizones, las sanciones a los responsables del barco pueden llegar a 180.000 euros, ha detallado Galparsoro.
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