viernes, 22 de agosto de 2014

Unos que se retiran a tiempo

La alemana RWE abandona el proyecto de Repsol en Canarias
RWE DEA, filial de hidrocarburos del gigante energético alemán RWE, ha puesto en venta su participación del 20% en el proyecto de exploración de hidrocarburos en Canarias, ahora rodeado de polémica. Así consta en un documento distribuido a inversores al que ha tenido acceso EXPANSIÓN. Fuentes oficiales de RWE explicaron ayer a este diario que «RWE DEA está aún evaluando su inversión en la concesión», y que esto «es algo habitual y frecuente en el negocio de upstream, exploración de hidrocarburos».

El grupo alemán, que tiene otros negocios con Repsol en países como Argelia, es socio del proyecto canario desde 2002, cuando adquirió un 20%, mientras el grupo australiano Woodside Energy adquiría otro 30%. Según los términos de la alianza, Repsol controla el 50% y es el operador del proyecto, es decir, el que lo lidera.

Valoración

En su día, RWE valoró su participación en esa concesión, junto a otros bloques exploratorios en Egipto, en 19 millones de euros, según figura en sus informes anuales. El proyecto de exploración frente a Fuerteventura y Lanzarote es en estos momentos uno de los más ambiciosos de Repsol, que prevé más de 10.000 millones de euros de inversión.

El proyecto ha sufrido infinidad de contratiempos, con gran polvareda política y social. El plan original se remonta a 2001, cuando el Gobierno del PP, entonces presidido por José María Aznar, dio los primeros permisos para sondear a unos 60 kilómetros de las islas. Tres años más tarde, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, anuló los permisos. Cuando el PP volvió a Moncloa, con Mariano Rajoy como presidente, restauró los permisos. Lo hizo a través de un real decreto publicado en marzo de 2012, tras el cual RWE empezó a analizar «oportunidades» de venta de su participación, un proceso que aún sigue abierto.

Este proceso coincide con un momento delicado del gigante energético alemán en España, donde RWE también tiene otros negocios, fundamentalmente en renovables. En su memoria, RWE dice que la reforma eléctrica en España ha traído un «drástico» recorte en subvenciones a las renovables, y le ha supuesto «un enorme peso». El grupo provisionó 270 millones de euros en 2013 por el deterioro de valor que provocaron esos recortes en sus activos, y ahora analiza plantear un arbitraje internacional al Gobierno. RWE, cuyo consejo de supervisión está presidido por Manfred Schneider, es el segundo grupo energético alemán, tras E.ON, que también está dejando España, donde ha colgado el cartel de ‘se vende’ a sus activos. 

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