Alicante será una dársena de Valencia si no logra la rentabilidad a medio plazo
El puerto de Alicante atraviesa un momento especialmente delicado, agravado con la marcha de Maersk -la mayor naviera del mundo, que dejó de operar en la terminal alicantina el pasado 17 de agosto, tal como informó ABC-. Si bien la evolución del tráfico de mercancías en el acumulado del año sigue siendo positiva (ha crecido más de un 2% respecto al mismo periodo de 2011), la marcha de Maersk se dejó sentir ya durante el mes pasado, cuando el tráfico de contenedores experimentó un retroceso de casi mil unidades, según las estadísticas oficiales de Puertos del Estado. O lo que es lo mismo, un 8,25% menos que en agosto de 2011.
La caída llega justo cuando Puertos del Estado ha dado un ultimátum a la Autoridad Portuaria de Alicante, como a otras varias también instaladas en los números rojos. La terminal alicantina tiene que volver a ser rentable en el medio plazo (entre dos y tres años) si no quiere exponerse a eventuales medidas drásticas. De hecho, el Ministerio de Fomento ha dejado de momento sobre la mesa un plan de ahorro diseñado por el Gobierno del PSOE que preveía la desaparición de diversas autoridades portuarias, entre ellas la de la capital alicantina.
Mercancías y pasajeros
Ese plan, que quedó en punto muerto con la llegada del PP, apostaba por convertir el puerto de Alicante en una dársena de la terminal de Valencia, según confirmaron fuentes del Ministerio. Así, se suprimiría la Autoridad Portuaria de Alicante y el puerto se gestionaría desde la capital del Turia, que podría usarlo para derivar parte del tráfico que soporta ahora. En la terminal alicantina apenas quedaría así estructura administrativa.
Mientras, Valencia sigue líder en tráfico de mercancías en el Mediterráneo, y en agosto creció un 3,9% en el número de contenedores respecto al mismo mes del año pasado. En el acumulado, ha movido casi tres millones de contenedores, mientras Alicante ha gestionado algo más de 100.000.
La marcha de Maersk puede empañar en los últimos meses del año una evolución que, hasta agosto, había sido positiva. El riesgo de retroceso se suma a la fuerte caída en el número de escalas y cruceristas -precisamente porque la naviera MSC, líder de los cruceros por el Mediterráneo, ha trasladado su base a Valencia-. En lo que va de año, Alicante ha recibido 24 cruceros, un 25% menos que en el mismo periodo de 2011. En cuanto al número de pasajeros, han sido algo menos de 45.000, frente a los casi 65.000 del pasado ejercicio (un 30,9% menos).
Rentabilizar la ampliación
La tendencia negativa en las dos principales magnitudes que miden la actividad del puerto se suman a las pérdidas declaradas el pasado año por la Autoridad Portuaria, de 1,6 millones de euros. De hecho, Puertos del Estado tuvo que inyectar en julio 1,7 millones del Fondo de Compensación para cubrir las pérdidas de la terminal.
La consigna de la ministra de Fomento, Ana Pastor, es clara. Según recordaron las mismas fuentes, la titular del Ministerio ha urgido a los presidentes de las autoridades portuarias a captar inversores privados que revitalicen sus maltrechas economías, de forma que se rentabilice el importante gasto acometido en la última década en las ampliaciones portuarias. En el caso de Alicante, la segunda ampliación -iniciada en 2003- costó 200 millones de euros que salieron de las arcas autonómicas y de Bruselas, al margen de los 54 millones que invirtieron Boluda y OHL. La citada ampliación, sin embargo, está infrautilizada en la actualidad al torcerse varios de los proyectos previstos, como la planta de biodiésel.
Fuente: ABC
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